El colegio
de mi vida
En un colegio de cuyo nombre no quiero acordarme, estaba el
señor don profe, muy tieso y muy majo, cuando de pronto escucha una algarabía,
y dice: ¡Qué desconsiderados!,¿Qué es
esa gritería? ¡Acaso no saben que este es el templo del saber y la cultura, que nadie
profanaría!
No acaba de reponerse el señor don profe, y para colmo de sus
males en ese momento ingresan como
potrillos, niños y niñas de todos los colores, tamaños y condiciones. Solo les importa la alegría,
entonces él opina. Ya van a ver que cuando de cambiar se trata, molestar no
debían.
Ahí si van a saber que es meter la pata, el profesor se le
respeta, en el colegio no se debe dar lata,porque de estudiar y respetar se
trata.
Don Porfirio, dice doña Fanny. Este año la
tristeza y el mal genio, éste grupo la
arrebata. ¿Qué dice usted mi querida profesora? ¡Han entrado como les da la
gana! No es eso don Porfirio, es que a esta edad ellos se sienten como en casa.
¿Será?, Pregunta el acartonado profesor, ¡Claro! Confirma doña Fanny. Estos
niños confían en nosotros, y están seguros que la educación es la salida. No es
un ogro grande y tormentoso, eso ellos lo sabían. Es un parque de juegos e
ilusiones, y nosotros seremos sus anfitriones. ¡Juguemos con ellos, don
Porfirio! Así, sea en nuestros últimos días, que tal sea la medicina a nuestros
males y el fin de nuestra agonía.
Don Porfirio que ya alistaba sus armas de guerra, fue
desarmado por su colega doña Fanny,
¿Quién lo creería?
¡Donde está, el parque, donde los payasos, donde la alegría?
Pregunto el más alegre del grupo, la acción ya pedía. ¡Estaba esperándolos!,
Dijo don Porfirio, compartir con ustedes
es lo que más quería. Ahora van a ver de lo que ustedes se perdían: sueños,
fantasías, hadas, gigantes y ogros, personajes que en sus mentes ya vivían.
Los lunes, visitaremos castillos de reinas, reyes y
princesas, los martes todos buscaremos el zapato de Cenicienta, ha encontrado
el amor y lo ha perdido cuando corría. Quizás el miércoles, todos armados de
tenacidad, verdad y respeto, sin engaños y mentiras como nuestro pillo el lobo;
lo cazaremos, y de su barriga sacaremos a la abuela y a Caperucita, que en la
oscuridad de sus entrañas ya morían, y así chicos y chicas transcurrirá
nuestras vidas, cargada de alegría.
Los niños regresas a sus casas y dicen a sus padres que no es
cierto que allí un viejo aburrido vivía.
De esa manera, niños, niñas, doña Fanny y don Porfirio, la
vida de esa escuela enriquecían.
CESAR AUGUSTO DIAZ MORENO
Docente de primaria, Jornada de la tarde
I. E. Antonio Nariño de Mosquera
Comentario: Finalmente titulé este corto, rápido y sencillo cuento,
producto de un ejercicio de reflexión y estrategias para el mejoramiento del
ambiente del aula. Quizás este corto ejercicio no cumpla con las medidas y
elementos necesarios para la construcción de un cuento, es más quizás ni
siquiera lo sea. Mis compañeras docentes me han pedido que lo publique porque
de alguna manera podrá servir como elemento de reflexión. Cada
cual ha tenido una experiencia parecida, por lo tanto coloque usted el nombre
que considere debía llevar este corto ejercicio y escriba su propio cuento.
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