lunes, 3 de octubre de 2016

El colegio de mi vida

El colegio de mi vida


En un colegio de cuyo nombre no quiero acordarme, estaba el señor don profe, muy tieso y muy majo, cuando de pronto escucha una algarabía, y dice: ¡Qué  desconsiderados!,¿Qué es esa gritería? ¡Acaso no saben que este  es el templo del saber y la cultura, que nadie profanaría!

No acaba de reponerse el señor don profe, y para colmo de sus males en ese momento  ingresan como potrillos, niños y niñas de todos los colores, tamaños  y condiciones. Solo les importa la alegría, entonces él opina. Ya van a ver que cuando de cambiar se trata, molestar no debían.
Ahí si van a saber que es meter la pata, el profesor se le respeta, en el colegio no se debe dar lata,porque de estudiar y respetar se trata.

Don Porfirio, dice doña Fanny. Este año   la tristeza  y el mal genio, éste grupo la arrebata. ¿Qué dice usted mi querida profesora? ¡Han entrado como les da la gana! No es eso don Porfirio, es que a esta edad ellos se sienten como en casa. ¿Será?, Pregunta el acartonado profesor, ¡Claro! Confirma doña Fanny. Estos niños confían en nosotros, y están seguros que la educación es la salida. No es un ogro grande y tormentoso, eso ellos lo sabían. Es un parque de juegos e ilusiones, y nosotros seremos sus anfitriones. ¡Juguemos con ellos, don Porfirio! Así, sea en nuestros últimos días, que tal sea la medicina a nuestros males y el fin de nuestra agonía.
Don Porfirio que ya alistaba sus armas de guerra, fue desarmado por su  colega doña Fanny, ¿Quién lo creería?
¡Donde está, el parque, donde los payasos, donde la alegría? Pregunto el más alegre del grupo, la acción ya pedía. ¡Estaba esperándolos!, Dijo don Porfirio, compartir  con ustedes es lo que más quería. Ahora van a ver de lo que ustedes se perdían: sueños, fantasías, hadas, gigantes y ogros, personajes que en sus mentes ya vivían.
Los lunes, visitaremos castillos de reinas, reyes y princesas, los martes todos buscaremos el zapato de Cenicienta, ha encontrado el amor y lo ha perdido cuando corría. Quizás el miércoles, todos armados de tenacidad, verdad y respeto, sin engaños y mentiras como nuestro pillo el lobo; lo cazaremos, y de su barriga sacaremos a la abuela y a Caperucita, que en la oscuridad de sus entrañas ya morían, y así chicos y chicas transcurrirá nuestras vidas, cargada de alegría.

Los niños regresas a sus casas y dicen a sus padres que no es cierto que allí un viejo aburrido vivía.
De esa manera, niños, niñas, doña Fanny y don Porfirio, la vida de esa escuela enriquecían.


CESAR AUGUSTO DIAZ MORENO
Docente de primaria, Jornada de la tarde
I. E. Antonio Nariño de Mosquera


Comentario: Finalmente titulé este corto, rápido y sencillo cuento, producto de un ejercicio de reflexión y estrategias para el mejoramiento del ambiente del aula. Quizás este corto ejercicio no cumpla con las medidas y elementos necesarios para la construcción de un cuento, es más quizás ni siquiera lo sea. Mis compañeras docentes me han pedido que lo publique porque de alguna manera podrá servir como elemento de reflexión. Cada cual ha tenido una experiencia parecida, por lo tanto coloque usted el nombre que considere debía llevar este corto ejercicio y escriba su propio cuento.


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